SOBRE NOVELA: VOLVER A MARCA

Volver a Marca de Ricardo Vírhuez Villafane

Ricardo Musse Carrasco

En medio de aquel silencio
el gatillo sonó y sonó
en medio de aquel silencio
el casquillo rodó y rodó
y la pólvora se esfumó
y la guitarra nunca más
para Mí cantó.
Magaly Solier.

El 2007, Ricardo Vírhuez Villafane me obsequió su novela Volver a Marca, durante un encuentro de escritores organizado por la Casa Nacional del Poeta en el departamento de Tumbes. A raíz de la I Feria del Libro “Bernal 2009”, terminada ésta, la releí refugiado dentro de mi insular aposento sullanero. En Bernal nos reencontramos; obsequiándome su aforístico poemario Voces y su adolescente novela corta Rumi y el Pincullo Mágico.
Lo que más me llama la atención de su novela, es cómo va articulando los requiebros y las dislocaciones sonoras de una oralidad transculturada; henchida ésta de vocablos fusionándose, confrontándose, sesgándose, a fin de testimoniar ásperamente lo vivido. Pues, el que cuenta su inhóspita vidaprimera y vidasegunda (junto a sus épicos secuaces) es un redivivo bandolero, consumado arpista y trashumante negociante ancashino, conocido como Chihuillaco. Y su auditivo interlocutor -ya que éste no emite ni un solo fonema durante el despliegue textual- es su aculturado nieto Shellco, hijo del occiso Vasilio.
Será porque para mí la literatura es fragua de lenguaje (aunque, obviamente, no sólo eso); asevero que la discursiva que Ricardo Vírhuez Villafane se impone, como desafío formal, es el registrar un código identitario. En él pervive aún el imperativo de reivindicar enunciaciones desdeñadas todavía por el canon literario oficial.
La convulsionada temática que revela –entre líneas- esa oralidad algo hermética pero al propio tiempo cargada de poesía, es la guerra civil acontecida, desde los años ochenta, entre los grupos alzados en armas y el Estado: la de autoridades, requería inevitables balas matadoras, y además. Nada de paz, te digo, lo aprendí, en mi piel, con cicatrices y torturas, y pues me hice perseguido. En todo caso, Ricardo Vírhuez Villafane evidencia el perpetuo conflicto entre los que detentan, abusivamente, el poder y los cíclicos desposeídos de la plena dignidad humana.

El universo ficcional de Ricardo Vírhuez Villafane es ya inconfundible. Muchos de sus referentes son recurrentes en sus versátiles y profundas realizaciones discursivas. Y culmino este filial comentario a la novela corta de mi tocayo, refrendando estas contundentes sentencias: nada de fe, de palabra confiable ni de caballero: a ellos (a los enemigos) madrugarle su traición.

Sullana, 07 de Octubre 2 009.